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No hay dos pacientes iguales. No hay dos diagnósticos iguales.

Sonia Esquinas. Psicóloga Sanitaria

Formación Cualificada

Psicología sanitaria

Trayectoria consolidada

+ de 25 años de Experiencia

Hoy estoy indignada.

Llevo un mes de Julio en el que veo cosas que no me gustan y hoy ya me he decidido a hacer una entrada, a ver a vosotros qué os parece.

A principio de mes, mi hijo perdió su móvil. Supuestamente en un trayecto de casa a la estación de autobuses. Un teléfono es un dispositivo que tiene nombre y apellidos, que tiene una especie de DNI, que tiene datos que te relacionan con otras personas, por tanto, si lo pierdes y alguien lo encuentra, lo normal es que lo devuelva a su dueño o que lo deposite en un lugar adecuado para que quien lo ha perdido, lo encuentre, porque lo que te encuentras con nombre, no es tuyo, por mucho que lo hayas encontrado tú.

No os tengo que decir que el teléfono, con todos sus datos, no ha aparecido.

Por otro lado, hoy, después de trabajar, me he acercado a un supermercado, para comprar un par de cosas, sólo un par!, cuando estaba en la cola, bastante larga, sobre todo, detrás de mí, han abierto otra caja y han advertido que se abría y que se colocaran las personas en orden de turno…os suena raro que las personas que había detrás, más las que se dirigían a la caja se han tirado en plancha para ocupar los primeros puestos en la cola? Verdad que no?. A mí me ha dado vergüenza ver a adultos hechos y derechos dando saltitos hacia el mejor puesto en la caja.

Nos falta educación, nos falta civismo, nos falta saber vivir en sociedad respetando los derechos de quien tenemos al lado.

Para colmo, cuando he llegado a casa, he puesto las noticias y he visto como flotaban en el mar una madre y su hijo, muertos, ahogados…y he pensado, ¿es necesario?, me han venido a la cabeza todos los pequeños que podrían estar viendo esas imágenes y cómo les podría afectar, pero claro, el morbo vende….pero por dios, no todo vale!

Queremos que quienes nos representa sean deshecho de virtudes, queremos que el de al lado se comporte de forma impoluta pero cada uno de nosotros, de una manera o de otra, no hacemos más que mirar hacia nosotros mismos y hacia nuestros intereses más inmediatos.

Una vez, en un viaje a Londres, me llamó muchísimo la atención que en los servicios de unos grandes almacenes muy conocidos, había una amplia gama de perfumes caros carísimos para poder hacer uso después de lavarte las manos…y allí estaban todos, unos más usados que otros, pero todos!!! ¿Cuánto hubiera durado aquí en el servicio de unos  grandes almacenes un Chanel Nº 5?

Me encuentro indignada, triste, y se me cae la cara de vergüenza,  pretendemos hacer de nuestros hijos seres perfectos con un comportamiento que deja mucho que desear, ¿Por qué no intentamos cada uno de nosotros mejorar en relación a los otros? y así, el engranaje funcionará mucho mejor que si esperamos que sea el otro el que mejore mientras yo miro.

Vamos a hacernos cargo de nosotros mismos, y vamos a hacerlo lo mejor posible, es lo más humano a lo que podemos aspirar.

 

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