Sabéis de dónde viene la palabra «envidia»?, del latín Invidere, que quiere decir mirar de reojo, ver de soslayo.
Esto puede ser, querer ver pero no querer ver, quiero ver porque me gusta, pero como no lo tengo y no sé si lo voy a poder conseguir, prefiero no mirar del todo, porque seguramente duele.
Y yo me pregunto, estas personas, que sufren tanto, normalmente se quedan parados en el deseo de poseer algo y digo que se quedan parados porque es muy digno desear cosas y a partir de ahí, lo más normal sería poner manos a la obra para poder conseguir que se haga realidad ese deseo, pero no, se quedan parados, pretenden pasar directamente de la necesidad de poseer a poseerlo, sin tener en cuenta que para conseguir cosas, lo primero que hay que saber es qué quiero, pero la segunda es pensar, cómo lo puedo conseguir y elaborar una serie de estrategias teniendo en cuenta el factor tiempo, que es sumamente importante para no morir en el intento.
Como resultado, habremos conseguido aquello con lo que soñamos y que mirabamos de soslayo sin necesidad de pasar por ese sentimiento tan desagradable que debe ser el de la envidia.
