Hace un tiempo, tuve en consulta a una familia que necesitaba ayuda para su hijo de 13 años, ya que lo denominaban como solitario y con pocos amigos.
Haciendo la Historia biográfica, este niño, siempre se había comportado del mismo modo. Un niño que sacaba buenas notas en el colegio, que en casa se comportaba normal, pero que casi no tenía amigos, dos a lo sumo, con los que hablaba.
Las aficiones del niño se remitían siempre a juegos de ordenador on line, en el que podía tener conversaciones con otros jugadores. No le gustaba el fútbol y de pequeño únicamente lo habían llevado a natación durante un tiempo hasta que el niño se negó a ir.
La motivación de la consulta en esos momentos era porque los padres consideraban que no veían bien que su hijo, a la edad que tenía, no tuviera amigos, además que en su clase, lo tachaban de raro y «amargado».
Este puede ser el ejemplo de muchos niños de hoy en día. Niños que no se relacionan porque no saben hacerlo y se escudan detrás de los juegos online dentro de sus habitaciones para no enfrentarse a lo que más temen, relacionarse, socializar.
Cuando tenemos niños pequeños, a veces, nos viene muy bien que sean niños tranquilos, que no demandan calle, ni extraescolares, ni parque… pero debemos tener muy en cuenta que a la larga, todo pasa factura.
Los niños pequeños a los que les cuesta relacionarse, tienden a preferir actividades individuales para no sentirse incómodos en una situación que les cuesta mucho trabajo.
Precisamente, los padres debemos hacer lo contrario. Muy a pesar del niño, e incluso de nosotros, porque sabemos que pasan un mal rato, debemos incluirlos en actividades grupales, poco a poco, los niños se irán acostumbrando e irán desarrollando esas habilidades sociales que tanto les cuesta, ya que éstas se aprenden, sólo deben tener la oportunidad de exponerse.
Poco a poco, pueden aprender a abrirse para que, cuando llegue la adolescencia, tengan la capacidad desarrollada y no lleguen a padecer situaciones de marginación, en parte buscada por ellos mismos a través de su actitud, y en parte, como resultado de cómo lo perciben sus grupos de iguales.