LLega la Primavera y con ella las alergias, los paseos al solito y…la retirada del pañal. Este es un proceso algo lento en el que influye sobre todo, no sólo la madurez del niño, sino también, la ansiedad que los padres transmiten a causa de este tema.
Cuando empezamos a entrenar a nuestros niños, por experiencia personal es mejor hacer un acercamiento previo al WC, más adelante, el control de la caca y por último el control del pipí.
Se necesita una cierta rutina en la que el niño aprenda que tras el desayuno, va a ir al inodoro y va a estar allí al menos 5 minutos, ya que tras la primera ingesta del día son más intensos los movimientos peristálticos del intestino, y por lo tanto, es más probable que se produzca una evacuación. Al igual podemos actuar tras el almuerzo y tras la cena.
Cuando ya han adquirido el control de las heces, empezaremos a estar pendientes del pipí, de manera que, al no tener puesto ya pañal, lo llevaremos al WC cada dos horas aproximadamente.
El papel del reforzamiento tanto material (chuches, juguetitos…) como social (besos, abrazos, aplausos, llamadas de teléfono a familiares para informar del logro), es fundamental en la adquisición y mantenimiento de la conducta deseada.
Una compra que debemos hacer antes de ponernos manos a la obra en estas cuestiones es: un adaptador del WC, para que sea más adecuado a su estatura, un banquito, un par de cubrecolchones de plástico y rizo y 1 kg, de paciencia.
Algo a tener en cuenta, una vez que hemos quitado el pañal, ya no hay vuelta atrás. Y por otro lado, intentad ser conscientes de si les estamos mandando mensajes de que son pequeños, bebés ( a través de los comentarios tanto como a través de las acciones, como puede ser que siga usando chupe, biberón, trona, cuna…) a la vez que le estamos diciendo que son mayores y por eso deben hacer pipí y caca en el inodoro, estaríamos sin darnos cuenta, dándole mensajes contradictorios.
Ánimo y Suerte.
