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No hay dos pacientes iguales. No hay dos diagnósticos iguales.

Sonia Esquinas. Psicóloga Sanitaria

Formación Cualificada

Psicología sanitaria

Trayectoria consolidada

+ de 25 años de Experiencia

Escribo este texto en honor a unos lectores del blog.

La retirada del chupe es una ocasión para saber hasta qué punto tenemos aguante los padres. Los niños son a lo que nosotros le acostumbremos y cuando pensamos que un elemento ya no es adecuado para nuestro hijo, podemos encontrarnos con dos tipos de reacciones:

-los niños que se pasan unos tres días (y noches) llorando.

-los niños que nos sorprenden y ellos mismos nos dan el chupe.

Tanto para unos como para otros, somos los padres los que debemos estar concienciados y convencidos de que es esto lo que queremos hacer.

Una vez que sabemos que queremos quitarle el chupe, el siguiente paso es… quitárselo!!!.

Hay varias formas:

quitarlo del tirón, diciendo que se lo ha llevado el gato, dándoselo a los»Reyes Magos», al Ratón Pérez… de todas formas, como el niño quiera llorar, va a llorar, y ahí el aguante de la primera línea.

Otra forma puede ser cortar la tetina, darle pequeños picotazos con la tijera, para que esté rugoso…

¿y quién dice que así no va a llorar?

Debéis saber que se debe quitar en torno a los 18 meses y que no debe coincidir con ningún acontecimiento estresante para el niño, como cambiar de habitación, nacimiento de un hermano…

Yo os animo a hacerlo, no podemos decirle al niño que es mayor para lo que nos conviene y darle un chupe, por los niños son NIÑOS, PERO NO SON TONTOS!!!!!!

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