FIN DE CURSO.

Llegan las vacaciones. En estos últimos días vemos a nuestros niños más cansados. El calor, los estudios, los exámenes, las notas. Todo se une y como en un cóctel, el resultado es, con bastante frecuencia, niños de mal humor, irritables, susceptibles… Los niños, como los adultos, se estresan, incluso pueden llegar a tener depresiones, cada vez con más frecuencia. Debemos ser conscientes de las necesidades de nuestros hijos. Necesitan comer lo adecuado y por supuesto, dormir lo adecuado, pero esto, muchas veces no se cumple. Ahora que llegan las vacaciones me atrevo a aconsejaros que vuestros niños descansen, pero cuando hayan pasado los primeros días, intentad que también tengan cosas que hacer. A parte de la idea de que acudan a un campamento urbano, proponeros pequeños objetivos con los que ir trabajando, por ejemplo, que aprendan a hacer la cama, que ayuden a cambiar el lavaplatos, que barran, que limpien el polvo… cualquier cosa será muy útil, primero para que ocupen tiempo, que les va a sobrar demasiado, y segundo para que vayan creciendo en autonomía, y a la misma vez, les estaremos enseñando valores como la responsabilidad, la colaboración, el orden… tened cuidado con las horas que se pasan delante del televisor o de la maquinita de turno. QUE JUEGUEN MUCHO, es lo más sano que podemos darle.