Es muy normal pensar que el buen tiempo nos lleva a estar felices y el mal tiempo a sentirnos deprimidos y no estamos muy descaminados.
El sol nos proporciona vitamina D, que ayuda a la producción de una hormona llamada serotonina, relacionada con un estado de ánimo positivo.
Pero independientemente de esto, si no existe una patología previa, no tiene por qué condicionarnos excesivamente, aunque bien es cierto que existe una patología llamada Trastorno Afectivo Estacional que se caracteriza por ser una forma de depresión que aparece en la misma época del año (otoño, primavera) y que aparece en la persona de forma recurrente cuando llegan estas estaciones.
Personalmente, entiendo que el tiempo atmosférico afectará más dependiendo de si te gusta la lluvia o no y debemos tener muy claro que podemos, dentro de unos límites, manejar nuestros sentimientos evitando darnos autoinstrucciones negativas contínuamente. Sólo así seremos capaces de no caer en una situación que nos condicione creyendonos que somo simples víctimas de un tiempo atmosférico.